sábado, 17 de enero de 2009

Los míos

Israel Shahak lo cuenta al principio de su Historia judía, religión judía. Corría el año 1965 cuando presenció una escena que lo marcaría de por vida. Un judío ultrarreligioso se negaba a permitir que se usara su teléfono durante el shabat para pedirle una ambulancia a un no judío que se había desmayado en su barrio de Jerusalén. Shahak describe cómo él mismo solicitó una reunión con los miembros del Tribunal Rabínico de Jerusalén, nombrados por el Estado de Israel, para preguntarles si esa conducta era coherente con su interpretación de la religión judía. La respuesta fue rotunda: el judío en cuestión había obrado de forma correcta, incluso virtuosa de acuerdo a leyes talmúdicas de reconocida autoridad. No sólo eso, en el debate que siguió al hecho, tras el revuelo levantado en los medios de comunicación, las propias autoridades religiosas se encargaron de asegurar que otro gallo hubiera cantado si las consecuencias de un acto así hubieran puesto en peligro a judíos, en vez de a simples gentiles.

¿Se trató de un incidente aislado? Las visiones extremistas son frecuentes y el judaísmo no es ajeno a este tipo de ínfulas de pureza. El problema es cuando la religión se convierte en fundamento del derecho de un país. Cuando la Ley procede (presuntamente) de Dios, no de los hombres. Como en el Irán de los ayatolás. Pero, ¿acaso no también en el Estado ‘Judío’ de Israel?
Posiblemente, a muchos les haya pasado desapercibida la denominación que acompaña y, por lo tanto, define al Estado de Israel: su condición de Judío. Pero, seguro que a la mayoría le resultaría indigesta la existencia en la actualidad de una República Católica Francesa o de un Reino Cristiano de Suecia.

Olvidémonos ahora, por un momento, de las especiales circunstancias que posibilitan la creación, en 1948, del Estado de Israel; desprendámonos, un instante, de nuestra mala conciencia, aquella que nos impelió a reparar moralmente a un pueblo mientras conculcábamos el derecho de otro. Preguntémonos entonces si puede llamarse democrático a un país que aprobó una Ley Constitucional que prohíbe la existencia de todo partido que se oponga al principio de un Estado judío (como aprobó la Knesset en 1985) o que piensa, ahora mismo, en impedir que se presenten a unas elecciones todos los partidos árabes, pese a que el 20% de “su” población tiene este origen.

Si a esto le añadimos que buena parte del territorio del país está destinado oficialmente al disfrute exclusivo de los judíos, y que determinados derechos fundamentales le son sistemáticamente sustraídos a los no que no lo son, sólo por no practicar esta confesión o no haber “regresado” o no haberse “convertido”, ¿cómo no pensar que el Estado Judío de Israel, según dicen, el único país democrático de todo Oriente Próximo, no está institucionalizando una forma tan eficaz como deleznable de apartheid?

Pero, al margen del derecho, qué hay de la ética. La misma ONU que ayer inventó el problema y hoy es atacada en Gaza tiene por qué callar. Tampoco los países árabes pueden sentirse precisamente orgullosos. Su torpeza, fanatismo y fanfarronería en esta causa son proverbiales. Mas, ¿cómo definir la actitud del pueblo perseguido cuando se convierte en perseguidor? ¿Cómo caracterizar a aquél que ha respondido al antisemitismo con más racismo y exclusión? ¿Cómo el pueblo cosmopolita por antonomasia ha puesto toda la maquinaria de su flamante Estado a redimir “su” tierra? ¿Cómo, en fin, no se les revienta el alma a aquellos que, habiendo sido anteayer expulsados, encerrados o aniquilados, actúan ahora con semejante saña?

Pienso en Ana Frank, en Primo Levi, en Walter Benjamin o Stefan Zweig. En todos aquellos cuyo dolor me conmovió como si fuera propio. Porque eran de los míos.

Quiero pensar que ellos no habrían estado de acuerdo.

No sé si podría soportar lo contrario.

1 comentario:

saraH dijo...

Excelente entrada si hay muchas cosas con la que no estoy de acuerdo con la religion judia y muchas experiencias que he pasado y incluso me siguen pasando, yo vivo en Israel. saludos!

 
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