martes, 16 de diciembre de 2008

Wii zapatillas: el regalo de estas navidades

A un periodista iraquí no le gustó mucho –vaya usted a saber por qué- la presencia de George W. Bush en Irak para “despedirse” del país. Así, en un gesto de desprecio mayúsculo le arrojó los zapatos a la cara.

Gracias a su entrenamiento con “Wii Zapatilla”, Bush consiguió esquivar el envenenado regalo. ¿A qué esperas para pedirle a los Reyes tu pack?

Si lo haces antes de diez días, obtendrás de regalo los calcetines que llevó Esperanza Aguirre en la rueda de prensa posterior a su agitada visita a la India. Gracias a su elastiquillo pasado son ideales como pasamontañas.

[enviado por ladyhildegard; visto en polonio210.es]

Demostración:


sábado, 13 de diciembre de 2008

Opinar

Con más frecuencia de lo que uno quisiera, resulta complicado ponerse a opinar sobre las cosas que pasan a nuestro alrededor. Que vemos u oímos. Que, como testigos o protagonistas, vivimos. Esta amplia casa de millones de habitaciones, de sótanos llenos de cacharros olvidados o desconocidos, baños suntuosos o inmundos, y áticos con portentosas y también aterradoras vistas, puede llegar a oprimirnos. Creo que a esto lo llaman agorafobia. En esos momentos un simple vistazo a las noticias que nos llegan de ahí afuera nos nubla los sentidos y, aturdidos y sobrepasados, nos dejamos invadir, pese a las resistencias iniciales, por el dulce ensueño de la melancolía.

Porque, qué decir ante el abrumador clamor que nos llega del exterior. Cuando Atenas, cuna de nuestra civilización, es arrasada por una masa enardecida; cuando la India ha ardido y la tensión con su vecino Pakistán vuelve a crecer; cuando en Irak y Afganistán la gente sigue saltando en pedazos sin que nadie pueda explicarnos por qué; cuando África continúa desangrándose a golpe de machete y virus y América Latina ha dejado de ser la eterna promesa para convertirse en vieja ilusión; cuando un cuarto mundo de desheredados se ha instalado de por vida en el primero, qué decir. A cuento de qué se atreve uno a elevar la voz entre el vocerío existente. Para qué.
Si Jean Paul Sartre -y era Sartre- llegó a encontrar carente de todo significado escribir La náusea mientras un niño moría de hambre en el mundo; si Adorno -y era Adorno- decretó la inutilidad y el absurdo de la poesía después de Auschwitz; si Kafka -y era Kafka, demonios- nos mostró antes que ellos los contornos del Abismo, su sin salida; por qué cede uno a la vanidad de salir a escena, por reducido que sea el auditorio, y se permite el lujo de dejar por escrito sus impresiones sobre lo que pasa, a qué dejar este rastro apenas perceptible a través de una tierra mil veces arada.

Para aportar qué. ¿Una opinión? ¿De qué habría de servir nuestra indignación o, valga la presunción, nuestro preclaro análisis cuando ya sabemos que todos creemos tener razón?

Cuentan que Paul Váléry en cierta ocasión sondeó a Einstein en estos o parecidos términos: “Cuando tiene una idea original, ¿qué hace?, ¿la anota en un cuaderno o en una hoja suelta? A lo que Einstein respondió: “Cuando tengo una idea original, no se me olvida”. Decía que en toda su vida habría tenido una o dos. Y era Einstein.

Lo que me lleva a pensar que quizá fuera mucho más pertinente recogerse. Reconcentrarse. Mirar hacia adentro. En el sentido de más hondo. No me refiero a limitarse a buscar dentro de uno, pues puede que nos lleváramos la sorpresa de que allí no hay nada. Sino, dejar que las cosas vayan creciendo, definiéndose, cuajando. Primero vivir, después filosofar.

Sólo que..., ¿no será quizá mañana demasiado tarde? La vida suele ser tan inoportuna... Y quién le dice a nadie que lo que ayer pensó (y escribió) en un rapto de ardor juvenil no fuese más acertado que lo que hoy considera como inamovible verdad. ¿No fue entonces para uno igualmente cierto?

Al fin y al cabo, puede que no tengamos nada demasiado interesante que decir, pero nos construimos escribiendo, conversando con ese otro real o imaginario. Aunque sea de cosas en apariencia lejanas y ajenas. Aunque sea para terminar siendo como los demás. Sí, puede que por eso lo hagamos. No para enseñar nada, ni convencer a nadie, ni siquiera para transformar el mundo. Sino para alimentar nuestros fantasmas en la ilusión de que un buen día se sacien y nos dejen tranquilos. Y nos volvamos impasibles. Y quién sabe si felices.

Sabios.

martes, 9 de diciembre de 2008

Esquilmar España

Mercadona. 20.30 h. de un viernes, víspera del Día de la Constitución. La gente que acaba de salir de sus trabajos agota los últimos minutos antes del toque de queda. Hasta el domingo, los comercios permanecerán cerrados. 36 horas, nada menos, sin poder consumir. Largas colas en las cajas, pasillos atestados de gente, tráfico denso de carritos. De repente, gritos, pasos acelerados, revuelo junto a una de las salidas laterales del establecimiento. Algunos dependientes uniformados del centro acuden para saber qué pasa. Los clientes se miran pasmados sin entender nada, al tiempo que siguen con la vista a una mujer de mediana edad, bajita, con gafas, pelo corto, ropa oscura, discreta, una mujer en sí perfectamente normal hasta decir basta, de ese tipo de personas cuyas facciones y figura podemos olvidar inmediatamente incluso aunque las acabáramos de ver, esa mujer, digo se mueve nerviosa de un lado para otro. Nerviosa no es la palabra. Está indignada. A un paso mismo del ‘atacamiento’. Apunta hacia la salida lateral, que conduce hacia una escalera que desciende a su vez hasta el aparcamiento, farfullando algo cada vez en tono más alto. Conforme sube la voz, sus palabras se hacen más inteligibles. Por lo que parece, acaban de robar. “Vienen aquí…, a comer y a beber sin trabajar…” Acude junto a un carrito que está al pie de una de las cajas y debajo de una bolsa de verduras o algo así, descubre una botella de whisky. “Ellos a robar…y mientras los españoles, trabajando”.

Zas.

La mujer insignificante resulta que es una racista de tomo y lomo. Quién lo hubiera dicho. Pero, sorprende el modo en el que defiende los intereses españoles frente a las invasiones bárbaras. Pero, no. Claro, es que esa mujer no es una clienta más que aguardaba en cola y ha descubierto al dipsómano ladrón inmigrante. Es una encargada del supermercado. Diremos más, parece LA encargada. Lo muestran el modo autoritario y aleccionador con el que se mueve y la reacción que adoptan el resto de compañeros, quienes se dirigen a ella entre abrumados y serviciales, manteniendo ese difícil equilibrio de quien sabe que debe mantener la jerarquía ante la persona –a la que probablemente desprecia- que ocupa el que podría ser su puesto, la cumbre de la pirámide de un trabajo enervante y mal pagado que te obliga a trabajar un domingo por la mañana y a hacer como que persigues a un tipo o tipa que quería camuflar una botella porque no podía permitirse pagarla.

Poco a poco la escena se dispersa. Todo vuelve a la normalidad, aunque pesa en el ambiente una espesa capa, un olor como a putrefacción. Hay yogures rociados por la escalera, últimos vestigios de la improvisada huida, restos de un naufragio tan poco novelesco como en sí mismo desolador. Del terrible criminal ‘no español’ –pues como bien apunta la sabia encargada nosotros trabajamos y seríamos incapaces de robar una botella de whisky y mucho menos en un supermercado 100% español, como es Mercadona (que otra cosa sería en el Eroski de los vascos esos de los cojones), del maleante digo, nada más se sabe. Se ha ido como una sombra dispuesto a hundirse de nuevo en su mundo de sombras. Sólo queda flotando en el aire su fechoría y la justa recriminación en el ágora hacendadística por parte de la Encargada ante un coro de clientes pasmados.

Quedan lógicamente muchas preguntas sin respuesta. ¿Habrá sido un acaloramiento pasajero o es que la mujer es así? ¿Considerará a todos los extranjeros igual de extranjeros, quiero decir, hay inmigrantes más ladrones que otros o son todos iguales? Lo digo, porque este Mercadona está enclavado en una zona muy turística del sur de España en la que viven (y compran) muchos ciudadanos alemanes, ingleses, belgas…, pero donde también de un tiempo a esta parte ha recalado (y ha comprado) una importante población de origen sudamericano, magrebí, rumano o subsahariano. Falta también por responder si cuando dice que los de aquí trabajamos, incluye a los más de dos millones de españoles de toda la vida que están en el paro ahora mismo o da por sentado de que éstos por muy desempleados que estuvieran jamás robarían, pues son más de pedir.

Sin desvelar estos enigmas, podríamos llegar a pensar, fíjense lo que les digo, que en España hay racismo. Sí, sé que resulta difícil de aceptar a la primera. Pero, es más, podríamos llegar a la conclusión de que ese racismo no es nuevo, que estaba larvado en nuestra sociedad y se ha empezado a quitar la máscara, saliendo a pecho descubierto (y a voz en grito) ahora que la crisis económica ha dejado en la cuneta a muchos inmigrantes. Mientras los políticos insistían en que éstos traían riqueza, y que incluso eran protagonistas de nuestro despegue económico, había que ponerse un punto en la boca, o dejar esos comentarios poco decorosos para el ámbito estrictamente privado.

Pero ya no es necesario. Ahora urge que se vayan y dejen de esquilmar España, coño. Que nosotros siempre hemos sido un país de currantes, pobres pero honrados. Y si no los necesitamos para matarnos a palos como hermanos la mayor parte de nuestra historia, ni para mantener una dictadura durante cuarenta años, ni siquiera para emigrar a millones durante el pasado siglo, menos ahora para que vengan a robarnos nuestro mejor whisky escocés.

Al salir, la encargada ocupa una caja en el otro extremo del recinto. Está irreconocible. Se podría llegar incluso a pensar, recordando su celo reciente, que en realidad no es una simple subalterna de súper, sino que es la heredera del imperio Mercadona, que como la hija del dueño de Inditex, está ahí de incógnito para conocer a fondo y en carne propia el oficio de vendedor de yogures. Luce su mejor sonrisa mientras unos niños encantadores ayudan a sus papis a guardar la compra. Que no haya miseria. Bolsas a gogó, que no queremos hacerle perder el tiempo a esos nuestros clientes honrados a la hora de pedirnos alguna bolsa más, por favor. Ni que decir tiene que los niños son blancos como un pan de pueblo. De tan blancos casi podrían ser extranjeros. Uy, no, que esos solo vienen a robarnos mientras los españoles abrimos supermercados y creamos puestos de encargada para mantenerlos a todos a raya.

Con gente así, podemos dormir más tranquilos. Ahora ya podemos celebrar en paz y armonía nuestros treinta años de Constitución.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Zoquetes



Quién dijo que la televisión no podía ser educativa. Gracias al programa ‘CQC’ que emite La Sexta, muchos espectadores -algunos incluso votamos- pudimos conocer de primera mano hasta qué punto es ignorante la clase política española.

Verbigracia: Trillo, ex ministro de Defensa y conquistador de Perejil y Soraya Sáez de Santamaría, figura emergente del nuevo PP de Rajoy, no saben ni en qué continente está Lesotho; Leire Pajín, actual número 3 del PSOE, desconoce quién es el presidente de Rusia; Gaspar Llamazares, número 1 de la IU del siglo XXI -así les ha ido- no ha escuchado hablar de Joe Biden, vicepresidente electo de Estados Unidos; Elena Espinosa, ministra de Medio Ambiente, José Antonio Alonso, ex ministro del Interior y portavoz del PSOE en el congreso y Esteban González Pons, responsable de comunicación del PP, no tienen ni idea de en cuánto está el salario mínimo, y otro diputado del PSOE, de cuyo nombre no puedo acordarme -aunque mando recuerdos a toda su familia- asegura que asciende a 800€ gracias, claro, a la buena gestión socialista.

Hasta ahora, algunos pensaban que esto era cosa de sociedades analfabetas como la estadounidense. Qué gracia nos hacían sus estudiantes pensando que España se encontraba al sur del Río Grande, o su Sarah Palin confundiendo África con un país. Para partirse. Ahora, ya nos ha quedado claro que zoquetes los hay en todas partes, pero que los nuestros son de campeonato.

Nuestra clase política representa el fracaso de toda la sociedad en su conjunto y de los planes educativos de este país desde que Franco era alférez. Aquí no vale echarle la culpa a ningún gobierno concreto, ni a la LOU, la LODE, la LOGSE, la LOCE o LAMADREQUELOSPARIOATÓS. Nuestros políticos nos devuelven nuestra propia imagen. Y ésta tira para atrás, como la que vemos en el espejo a la mañana siguiente de haber cogido una cogorza de anís seco (y sé de lo que hablo).

Nuestra mentalidad de nuevos ricos no puede ser por más tiempo disfrazada. Nos creíamos los reyes del mambo porque después de haber dejado atrás una dictadura de cuarenta años -sin pensar nunca cómo demonios pudimos mantener un régimen autoritario en Europa occidental durante décadas sin que se nos cayera literalmente la cara al suelo de vergüenza-, y tras haber chupado de la teta de la UE hasta dejarla exhausta, nos habíamos convertido en una “potencia mundial”. ¿Acaso fue gracias a nuestra sólida cultura científica y humanista? No, qué va. Fue a causa del turismo, primero, y después de un boom inmobiliario de proporciones bíblicas que nos ha hecho mundialmente célebres y nos ha situado en la zona alta de las listas de deterioro medioambiental.

Ahora, esta España campeona de la libertad, faro de Occidente, perla del Oriente -como Al Qaeda no se cansa de repetir- que surgió de la nada, “ha alcanzado las más altas cotas de la miseria”, que dijera el otro. Y todo, opinan sesudos analistas, por contar con tres millones de parados. Como si tener sólo dos millones en los mejores e idílicos tiempos -esto es, el año pasado- fuese la jodida Utopía de Moro, la Ciudad del Sol de Campanella y la República de Platón, todo en uno, pero corregido y aumentado.

No, el problema no es que España fuese un gigante con pies de barro. Es que nunca hemos sido tan grandes. Sólo nos hemos crecido porque no podíamos haber salido desde más abajo y hemos olvidado que un país que ha sido incapaz de revisar su historia reciente con dignidad; en el que no se ha consumado la separación real entre Iglesia y Estado; y en el que el terrorismo etno-izquierdista de ETA sigue resultando decisivo en el tablero político, no puede ir pavoneándose por ahí dándose aires de inflada grandeza.

Aunque, no sé de qué me quejo. Para qué queremos politicos formados si podemos ganar la Davis.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Premios raros y sexo malo

También en el mundillo literario, existen premios para casi todo. Y si hablamos del Reino unido, todavía más. Tres décadas lleva otorgando la editorial The Bookseller el Premio Diagram al título más raro. “Los problemas del queso, resueltos”, “Cómo escribir un libro sobre cómo escribir un libro” o “¿Son humanas las mujeres?” son algunos de los títulos que han merecido la consideración del jurado (y de Quim Monzó en un artículo reciente).

Hace apenas unos días se entregaba otro de esos premios raros, y en este caso, según el humor del autor, hasta ofensivos. Todo aquel que ha intentando recrear una escena de sexo por escrito puede comprender hasta qué punto resulta complicado, como mínimo, salir bien librado del empeño. No caer en la grosería –al menos que premeditadamente lo pretendamos- o la ñoñería, tara igualmente censurable; no aburrir por previsible, ni tampoco darlo todo por sabido; procurar no pecar de redundante ni desperdiciar, por otro lado, la posibilidad de excitar los sentidos... En esto como en todo lo que tiene que ver con la actividad artística, no existen recetas mágicas. Cada escena debe adecuarse al contexto general de la trama y al estilo de la obra, pero lo que está claro es que, más todavía que en otro tipo de recreaciones de la realidad, puede que por ser expresión de algunas de nuestras pasiones más profundas y/o secretas, los “errores” a la hora de describir el sexo en un libro suelen resultar bastante perceptibles.

Precisamente, desde 1993 la revista británica Literary Review viene entregando el ‘Bad Sex in Fiction Literary Award’ a la peor escena sexual descrita en un libro publicado durante el año. Por si a alguien le cabe alguna duda, el jurado no entra a valorar el tipo de relación que se establece, la orientación sexual de los protagonistas ni las filias o fobias que puedan entrar en juego. Llamar la atención sobre “el uso crudo, de mal gusto y, en ocasiones, superficial de pasajes redundantes de descripción sexual en la novela moderna”, es el objetivo principal –y puramente literario- de los creadores de un distintivo que premia la capacidad de algunos escritores contemporáneos de convertir una escena de sexo en lo contrario de lo que el autor se prepucio, digo, se propuso.

El premio, que el año pasado recayó póstumamente en el norteamericano Norman Mailer, ha recaído en esta edición en Rachel Johnson por su libro Shire Hell.

El jurado ha valorado en la autora, de manera general, las incongruentes metáforas sacadas del mundo animal que usa para describir actos sexuales (lenguas que se asemejan a gatitos bebiendo leche; polillas atrapadas en faroles... cada cual que eche a volar su imaginación) y de forma concreta el que la narradora, algo sin duda bastante desasosegante, se refiera al pene de su amante como a una tercera persona.

Como muestra, este botón recogido en Papel en blanco: “Casi gritando tras cinco minutos agónicamente placenteros, lo agarro para meterlo, mientras golpea furiosamente contra nuestros dos vientres, dentro, pero él sujeta mis dos brazos y mete su lengua en mi núcleo, como un gato bebiendo de una escudilla de nata para no perder ni una gota. Me encuentro agarrándole de las orejas y tirando de los bucles que lo coronan, a pesar mío, y extraños sonidos animales se me escapan mientras que el culminante crescendo wagneriano se apodera de mí.” Crescendo wagneriano... en fin.

Al menos, lejos de habérselo tomado mal, Johnson recogió ante cuatrocientos invitados la escultura de yeso vagamente fálica que la acredita como vencedora de este año. Para la escritora, que es de las que piensan que mas vale que hablen mal de tu libro a que pasen directamente de él, supone “un honor absoluto” ganar, y formar parte de una nómina en la que se inscriben ilustres como, además del citado Mailer, Sebastian Faulks o Tom Wolfe.

El propio John Updike, cuatro veces nominado al premio, ha recibido una mención de honor por una escena de sexo oral sobrespermatizada incluida en su reciente Las viudas de Eastwick. Pero, a pesar de la cara de guasón con la que sale en la foto de arriba, a éste me da que la broma le ha hecho bastante menos gracia. Será porque es uno de los escritores a los que, según alude Johnson -que escribirá mal de sexo pero no anda corta de ironía-, este tipo de "reconocimientos" les indignan porque tienen "un prestigio que cuidar".

Podríamos terminar preguntándonos si este tipo de premios sirven para algo. Pero, como éste sería un fin previsible, mejor vamos a finalizar , en homenaje a la metáfora que, aunque fallida en los casos mencionados, ha sido la protagonista de este post, recordando un proverbio japonés dedicado al gato de Dragó (cuya memoria ha mancillado nuestro amigo Pérez de Albéniz). Dice así: "Si no entras en la madriguera del tigre, no puedes coger sus cachorros". Abstenerse de buscar connotaciones sexuales, por favor.

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Dónde estabas cuando...?



“¿Dónde estabas cuando oíste las noticias?
¿Dónde estarás la próxima vez?
Las noticias online de la BBC en tu móvil”.
[visto en chiquiworld]

viernes, 28 de noviembre de 2008

Chinocracia

[Foto: Reuters]

¿Es posible mantener por tiempo indefinido un pueblo sometido, negándole derechos civiles básicos, como la libertad de expresión, mientras la mayoría de naciones “avanzadas”, algunas desde hace siglos, otras más recientemente aunque de forma decidida, han apostado por establecer sistemas democráticos? ¿Podría una crisis económica acelerar la instauración de esas instituciones propias de un Estado de derecho en ese mismo país?

Sí, estamos hablando de China. Y de preguntas de no fácil respuesta. En un principio, pese a que es un hecho demostrado que el crecimiento económico favorece -aunque no garantiza, caso de los países del Golfo- la llegada de la democracia, a la primera cuestión podríamos haber contestado afirmativamente hasta hace no mucho. Puede que por influjo de las tesis clásicas que tipifican el despotismo de tipo oriental entre las distintas formas de gobierno que son o han sido -aunque no olvidemos que Japón ya quebró la norma, no sin resistencias, tras la II Guerra Mundial- y gracias también a la acogida por parte de China de un régimen de socialismo de mercado -que, al combinar el crecimiento económico con la negación de derechos a una sociedad civil amordazada y sometida a los designios del Partido, sacaba al país del carril por el que habían circulado las naciones europeas al otro lado del Telón de acero-, habíamos tendido a considerar que la democracia en el país más poblado del mundo no encontraría, al menos a corto o medio plazo, suelo fértil. Menos aún, cuando la legitimación del régimen por la comunidad internacional tras los JJ.OO de Pekín había sellado en apariencia cualquier fisura.

A distancia y para alguien con no demasiados escrúpulos, era el régimen “perfecto”.

Pero, de pronto, se crean las condiciones para que responder a la segunda cuestión arriba planteada suponga un ejercicio que trascienda el mero juego especulativo. La crisis mundial ya ha llegado a China, y la que creíamos sumisa y dócil población, la misma que ha soportado durante décadas la explotación, purgas masivas, infanticidios, y devastaciones medioambientales ha empezado a asomar la cabeza, al menos todo lo que le permite la feroz censura que se encuentra instalada en el sistema y que convierte todo acto de disensión en un desafío al régimen, en una traición.

Y la punta del iceberg se ha hecho visible hasta desde aquellos países que han preferido siempre dar la espalda a los ciudadanos chinos, cambiándose de lado la mala conciencia cada vez que les empezaba a pesar un poco.

“Trabajadores despedidos, taxistas enfrentados a sus empresas, ciudadanos expropiados.” Así describe un corresponsal de El País, los efectos de la protesta social. Y, de pronto, descubrimos que no es Nido de Pájaro todo lo que reluce, ni son sólo los pobres tibetanos cuya bandera -pobrecitos- enarbola una decadente izquierda europea los que padecen, sino que en la China Popular, el pueblo ha empezado a abandonar su estado de duermela.No es la tiranía lo que les escuece. Llevan milenios soportando vivir bajo un sistema cuasi-feudal. Lo que les produce hartazgo y una rabia cada vez más descontrolada es dejar de pronto de ganar los yuanes que habían empezado a llenar sus carteras.

No es de extrañar que las autoridades llamen a mantener la cabeza fría y a ser conscientes “de la necesidad de salvaguardar la estabilidad”. Cegados por la claridad de la evidencia, han comprendido que el libre mercado, el mismo que ha permitido crecimientos sostenidos anuales superiores al 10%, provoca que algunos se acostumbren “a lo bueno”, y se vuelvan contra el aprendiz de brujo en cuanto la fortuna se les vuelve adversa.

¿Se han preguntado qué pasaría si 1.300 millones de chinos se pusieran en huelga a la vez?

¿Puede la democracia ser la respuesta a ese salto?

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Todo Cristo al paro

A Jesús le ha caído la de Dios es Cristo y después de una reciente sentencia que obliga a retirar los crucifijos de las aulas en un colegio de Valladolid ha corrido a apuntarse al INEM.

Dado que la demanda de profetas está por los suelos después de que los economistas hayan acabado con el prestigio de la profesión, se rumorea que Jesús busca alguna vacante como carpintero, para lo cual ha tenido que falsear el CV pues, como recordarán, el muchacho se tiraba las horas lo que hoy se dice tocándose los c......*, por entonces meditando -y también fulminando a aquel que le llevara la contraria, como dice algún evangelio apócrifo- en vez de estar echándole una mano a su padre. Que es que era un santo.

A las malas, Cristo no descarta presentarse a algún casting para aparecer como figurante en algún vídeo de grupo satánico, o para hacer de sí mismo en una de las muchas representaciones populares que se realizan para Semana Santa, aunque en estos casos su contrato sólo sería por obras (La Pasión de Cristo, para ser más exactos) y servicios (el ser vejado por un grupo de luciferinos melenudos.

Cualquier interesado en contactar con él puede dirigirse a la Sala Galilea más cercana. Abstenerse personas con sobrepeso. Multiplica la comida a discreción. Abstenerse también tipos llamados Judas, judíos ortodoxos y en general romanos del siglo I de su era.

martes, 25 de noviembre de 2008

Menos tetas (y refregones) y más trabajo

Sí, realmente parecía una inmoralidad que mientras Pirelli mantiene su intención de despedir a cerca de trescientos trabajadores de su factoría en Manresa, se presente en Berlín el célebre calendario de la marca de neumáticos. “Ya les vale. Podían cortarse un poco” –dijo mi mujer mientras daban la noticia en “Corazón de”, justo antes de que empezara la primera edición del Telediario. “Qué quieres. Es la hora cachonda. Qué pueden importar unos cuantos parados más al lado de unos pibones refregándose contra la pared –le contestaba yo mientras intentaba pasar un nuevo bocado.

Pero, si algo han traído las nuevas tecnologías es la capacidad de impulsar iniciativas y generar una enorme repercusión con escasos medios, tirando de imaginación. Así, unos cuantos sindicalistas se han encargado de intentar contraprogramar la sugestiva campaña creando otra, puede que algo menos glamurosa, pero no cabe duda que bastante oportuna: “Menos tetas y más trabajo” es el nombre utilizado por Avalot-UGT de Cataluña para lanzar otro calendario Pirelli, en este caso, el calendario Pirelli Precario, versión obrera y crítica que pone el contrapunto al famoso almanaque de desnudos femeninos que la empresa lleva publicando, con algún lapso intermedio, desde 1964.

Como dice Xavier Peytibi en su blog “Pirelli, a través de sus productos, pero también a través de su calendario, ha conseguido crearse una imagen de marca. Con esta iniciativa se pretende socavar esa imagen de marca con esta medida de fuerza a lo que más les duele, su reputación.”

Frenar el impacto del calendario oficial, proyectado de forma brutal por las revistas de moda y la televisión comercial es misión prácticamente imposible. El objetivo entonces solo puede ser llegar a esa masa crítica que aún no ha renunciado a pensar, ni siquiera cuando le ponen las tetas por delante y es la hora de comer.

Los que vaticinaban el fin del capitalismo afirmando que se había quedado con las vergüenzas al aire, se equivocaban. Nunca el capitalismo es más peligroso ni revela toda su voracidad, que cuando se muestra en ropa interior, refregándose contra las paredes.

viernes, 21 de noviembre de 2008

"1984"

¿Se imaginan convertir las tapias de algunos de nuestros cementerios en parques temáticos que recreen algunos de los fusilamientos de la época franquista? Paneles en bonitos colores nos podrían aportar los datos históricos; las armas con las que eran ajusticiados los represaliados podrían estar expuestas con sus correspondientes fichas técnicas; también se podrían colocar maquetas en tres dimensiones que nos ayudaran a situar la escena de tan luctuosos acontecimientos; e incluso periódicamente alguna compañía de teatro local podría hacer pequeñas representaciones, eso sí, muy veristas, a los grupos de visitantes que se acercaran al lugar.

Si creen que exagero es porque no se han topado con la siguiente noticia. Ha tenido lugar en Lituania, merced a la iniciativa de un empresario que, imagino, sobrepasado por la actual crisis económica, ha decidido aguzar el ingenio y aprovechar el pasado comunista del país báltico para convertir un búnker en desuso en un parque temático.

Erigido, o mejor dicho, enterrado en las proximidades de Vilnius a principios de los 80’, este “Stalinworld” ocupa 4.000 metros cúbicos y está enterrado a cinco metros bajo tierra. Los promotores del proyecto no han podido elegir un nombre mejor y, a la par que chispa, han demostrado ir sobrados de cultura general, pues han bautizado al lugar con el nombre del célebre libro de George Orwell, 1984.

Por algo menos de 200 euros, los visitantes podrán disfrutar durante algo más de dos horas de una experiencia 100% comunista. Después de deshacerse de todas sus pertenencias capitalistas, deberán colocarse encima un abrigo soviético y una máscara antigás, para a continuación poder recibir una brutal descarga de propaganda, que incluye unas clases rápidas para aprender el himno de la Unión Soviética, la degustación de platos típicos de la época -y no precisamente de ensaladilla rusa- y, aquí viene lo mejor, someterse a un interrogatorio al más puro estilo archipiélago Gulag.

El objetivo que persiguen los padres de la criatura es doble. Por un lado, se pretende dotar al país de un reclamo turístico de primer orden y por el otro -¿no es esto altruismo, oh, Ser Supremo?- se quiere mantener vivo en el recuerdo de muchos el dramático pasado de la ocupación soviética.

Pese a la aparente singularidad del caso, no es la primera vez que una iniciativa así prospera. El holocausto ha sido fuente, si no exactamente de experiencias similares, al menos ha permitido que muchos hayan acariciado la idea de lucrarse -más allá de supuestos o reales fines filantrópicos- a costa de sus víctimas; y la desértica frontera entre México y EE.UU, también ha sido utilizada por algunas empresas como campo de ocio para ejecutivos chorras que han pagado con su visa por ver cómo es la vida de un “espalda mojada” sediento y desesperado.

Eso sí. Por un día.

Vivir pasó de moda. Ahora se lleva tener “experiencias” (afectivas, sexuales, deportivas, políticas...). Desde la que se mete en un programa de televisión con cáncer para saber qué se siente, hasta quien se gasta la paga extra en consoladores, pasando por el que se tatúa hasta el último centímetro cuadrado de piel, todos en definitiva, buscan un “no sé qué” que la vida “normal” no les proporciona.

Qué lástima que a la mayoría no nos dé por experimentar con gramáticas, células o papel milimetrado. Podríamos acabar escribiendo bien o erradicando alguna enfermedad incurable.

Incluso arreglando la economía.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los micros los carga el diablo

No ha sido la primera ni será la última vez que un comentario indiscreto es cazado por un micro que ya no tenía que estar abierto. No sólo estamos rodeados por cámaras (de mano, urbanas, web cams, móviles) sino que el mundo de alguna manera también se encuentra totalmente microfoneado, con el añadido de que no siempre un piloto apagado es señal de que estamos a salvo. Las mesas de sonido de las emisoras de radio, los controles de realización de las televisiones, los micros de las cámaras no descansan y, mucho más sabrosos que el vetusto y siempre delicado "off the record", este tipo de comentarios no necesariamente banales salidos de la boca de eminentes políticos e informadores supone un filón para los medios de comunicación, cotizándose al alza el segundo cuadrado de "pillado".

A José Bono no es la primera vez que le ocurre. Aunque hora le hemos escuchado llamar "hijos de puta", en tono jocoso, a sus compañeros de partido, ya descubrimos en su día a causa de un despiste la opinión desde luego nada halagadora que le merecía el por entonces premier británico Tony Blair (aunque en aquella ocasión no parecía muy preocupado porque sus palabras pudieran llegar a trascender).

Los ejemplos son muchos, pero creo que los siguientes constituyen un interesante menú con algunos de los más sonados de los últimos años. Que los disfruten.
























Rumores lejanos (y letales)

Tiempos aquellos en los que el lector interesado debía mandar por correo postal una carta de un máximo de treinta líneas, acompañada de una fotocopia del DNI, si quería exponer su punto de vista sobre los asuntos que le interesaban o ejercer su derecho a réplica, y eso esperando por descontado a que el responsable de la sección decidiera incluir el comentario, lo que raramente sucedía, y en los pocos casos, eso sí, siendo previamente recortado por “motivos de espacio”, y todo para dar rienda suelta a su derecho a la libertad de expresión y sentirse ciudadano de pleno derecho.

Después llegó internet, el periodismo ciudadano, la web 2.0, la 3.0, el Valladolid 1-Real Madrid 0, y todo eso. Los tiempos, que habían cambiado.

Y del exclusivo, pasivo y unidireccional control de la información se pasó al multilateralismo nodal y a la interacción social polidimensional (guau, como analista de medios no tendría precio).

Pero una revolución de este calado debe cobrarse sus propias víctimas. El control ejercido por unos pocos (editores de periódicos, publicistas, programadores de televisión…) ha sido sustituido por algo menos definido, posmoderno, democrático, líquido, que diría Bauman, en ocasiones viscoso (esto ya es mío). Es el usuario como creador de información, como emisor y no mero receptor de contenidos, pero también como grano de pólvora capaz no sólo de ayudar a extender un rumor -algo en sí nada novedoso, recuerden el caso de Ricky Martin, la niña, el perro y la mermelada (el orden de los factores no altera el camelo)- sino de contribuir activamente a su difusión masiva a través de canales de repercusión universal.

Lo que en determinados lugares, y según qué particulares patrones culturales puede resultar letal. Es el caso de la bella actriz surcoreana Choi jin-sil, una celebridad en su país que decidió quitarse la vida después, entre otras desgracias personales, de que un infundado rumor sobre su persona fuese publicado en un chat.

El rumor –básicamente se la acusaba de ser una usurera y se la responsabilizaba del suicidio de un popular actor acaecido unos meses antes- prendió rápidamente entre cientos de miles de internautas que, si bien cortos, en absoluto perezosos –al menos para la cosa ésta de la calumnia on line- empezaron a lanzar ataques personales contra la joven.

Aunque la actriz negó todo reiteradas veces, no pudo resistir las acometidas de la enojada plebe chateadora y a principios de octubre pasado decidió poner fin a su vida colgándose de la ducha de su baño. Choi tenía dos hijos.

El caso de esta muchacha no es excepcional en un país que se considera a sí mismo como el más “conectado” del globo. Solo hay que recordar el caso de la popular cantante, Jun -quien se había ahorcado el año pasado en medio de insidiosas acusaciones de haberse sometido a diversas operaciones de cirugía estética-, para darse cuenta de que la “ciberviolencia” es un problema real, no meramente virtual, de la sociedad surcoreana. De hecho, sólo en 2007 se produjeron casi 200.000 casos, y aunque en la mayoría de estos no se llega a los extremos anteriormente reseñados, la combinación de este tipo de ataques con el extendido y particular sentido del “honor” que caracteriza a las sociedades orientales en general y a Corea del Sur en particular puede llevar con demasiada frecuencia a desenlaces mortales.

Estrellas del cine, la canción y la televisión, pero también ciudadanos corrientes están en el punto de mira. Y es que el correcto ciudadano se transforma en la Red, fruto de la impunidad que ésta proporciona, para convertirse en un moderno energúmeno de la era digital.

En Corea del Sur el debate está en la calle. Y los políticos están empezando a tomar nota. De nuevo, la dialéctica entre libertad de expresión y derecho a proteger el honor se dirime con la Red de telón de fondo. ¿Se deben poner más barreras, crear más filtros? Y de ser así, ¿quién modera al moderador? ¿Por qué Buroaga habría de resultar más neutral que mi primo el del butano?

En España, este asunto despierta menos interés. Estamos más entretenidos viendo si una cadena de televisión le cede imágenes (sus imágenes) a otra; o si, por ejemplo, un conductor de autobús que se ha descargado a través del e-mule una b-side de Camela para ser degustada a través del i-pod –y que, por tanto no puede evitar que los pasajeros de la primera fila también lleguen a escucharla a través de los auriculares- tiene que ir a la cárcel por pirateo con agravante de gusto dudoso o solo prestar servicios a la comunidad lavando los urinarios de la SGAE, para pararnos a observar si nos parece bien o mal que alguien, amparándose en el anonimato, ponga en duda el holocausto, insulte al autor de un artículo sobre los frutos subtropicales por no incluir a la caipiriña junto al aguacate o el mango, o se cague en tu árbol genealógico setenta veces siete porque no comparte tu visión sobre el concepto de “sociedad civil” en Marsilio de Padua.

Es lo que hay. Mientras tanto, multan a un profesor, con sus nombres y apellidos, y su DNI, por llamar "tonto indecente" a otro a cara descubierta. Y eso, que éste había llamado fascista a Federico García Lorca. Que ni siquiera se puede defender.

[artículo recomendado por soitu]

sábado, 15 de noviembre de 2008

Lecciones de sarcasmo

Ni el escepticismo, ni el pesimismo, ni la indiferencia, ni el caos, ni la frustración. Lo que define el sentir de nuestro tiempo es el sarcasmo. La política y el arte se mezclan en dos ejemplos recientes que, creo, resultarán bastante ilustrativos a este respecto. No pienso detenerme en el primero de ellos, pues es conocido por todos y me limitaré a enunciarlo. Me refiero al caso de la famosa cúpula que Barceló ha “pintado” en el Palacio de las Naciones Unidas de Ginebra, cuyo coste total -en plena recesión económica- se ha elevado a la módica cantidad de 20 millones de euros, de los que el gobierno español aporta el 40 por ciento (unos mil trescientos millones de las antiguas pesetas), incluyendo una partida de 500.000 euros pertenecientes a Fondos de Ayuda al Desarrollo, que no servirán, por tanto, para construir pozos ni escuelas ni casas debido a la “contribución de esta obra de arte -cuya calidad no discuto- a la promoción de los derechos humanos y el multilateralismo”. Tela.

El segundo caso me ocupará algo más por cuanto el sarcasmo, en el sentido de “burla sangrienta” que recoge el diccionario, se torna literal. Tiene lugar en Jerusalén, y aquí el artista invitado es el arquitecto Frank Gehry, quien ha sido contratado para construir el museo más caro del mundo (primera ofensa, en una de las ciudades más pobres de Israel), pero aquí viene lo mejor, un museo dedicado a la “tolerancia y la coexistencia”.

En Jerusalén. Esa ciudad en la que las diferentes corrientes del cristianismo se lían a golpes para custodiar el lugar donde se supone que fue sepultado Jesús; allí donde, como dijo el escritor israelí Amos Oz, “nadie escucha jamás”.

Los promotores de la iniciativa afirman que el nuevo centro “tendrá por objeto las tradiciones judías y las relaciones de Israel con los países árabes” (unas relaciones exquisitas, como todo el mundo sabe), y como ejemplo de buena voluntad han decidido -pese a las protestas de algunos gentiles que todavía insisten en vivir en la tierra de Abraham- elevar el edificio sobre el cementerio musulmán más antiguo de la ciudad santa. Todo un detalle.

La tolerante judaización de la zona oeste de Jerusalén es un hecho imparable. Así, los 30.000 metros cuadrados sobre los que se levantará el Museo de la Tolerancia servirán para borrar un nuevo vestigio del pasado árabe de la ciudad. Como relata Juan Miguel Muñoz en un artículo publicado en El País, ya las bellas casas del periodo otomano se encuentran encajonadas por altos edificios, y las murallas de la ciudad vieja, construida en tiempos del sultán Suleimán el Magnífico, y que algunos hemos llegado a “ver” gracias a las descripciones que Lapierre y Collins nos dejaron en su célebre Oh, Jerusalén, resultan casi inapreciables desde muchos puntos.

Es un ejemplo más de cómo el pueblo perseguido por antonomasia, se ha convertido a su vez en perseguidor. Decía Jean Paul Sartre en Reflexiones sobre la cuestión judía -libro escrito antes del final de la II Guerra Mundial- refiriéndose al 'antisemita': “Es un hombre que tiene miedo (…) de sí mismo, de su conciencia, de su libertad, de sus instintos, de sus responsabilidades, de la soledad, del cambio, de la sociedad y del mundo”. Estas mismas palabras podrían hoy definir la identidad de muchos ciudadanos de Israel que hace tiempo agotararon cualquier justificación (ni el trágico pasado ni el incierto presente sirven de coartada), y han terminado encarnando la condición, según expresión acuñada por Israel Shanak, de “judeo-nazis”.

Levantar un Museo a la Tolerancia en un país que fomenta (cito de nuevo a Shanak) “la discriminación entre judíos y no judíos en derecho de residencia, derecho al trabajo y derecho a la igualdad ante la ley”, y que estemos hablando de este acoso en la misma semana en la que se cumplen 70 años de la infame "noche de los cristales rotos", como sarcasmo, no está nada mal.

[artículo recomendado por soitu]

jueves, 13 de noviembre de 2008

Profecías de ayer y hoy

Ahora resulta que Pérez Reverte es Nostradamus por haber escrito hace diez años que tarde o temprano nos íbamos a pegar un batacazo cuyas consecuencias terminaríamos asumiendo los ciudadanos corrientes mientras que los verdaderos responsables (banqueros, especuladores, agentes inmobiliarios…), se irían de rositas. Su artículo, “Los amos del mundo” está causando furor (ojalá lo hubiera hecho cuando lo escribió y nos habríamos evitado todos estos disgustos). Y soy el primero en sumarme al carro de los que piensan que es extraordinariamente lúcido. Pero se puede considerar profético aquello que se anticipa a lo venidero siendo esto imprevisible. Pero, cuando el fenómeno en cuestión no hace sino escenificar una eterna repetición de lo mismo, sólo podemos decir que más que adivino, quien así argumenta, a la par que inteligente, conoce la historia.

Y ahora que se aproxima el célebre cónclave que, convocado por Bush, pretende refundar el capitalismo –esto no se lo cree nadie- traigo a colación un pasaje que, aunque de una extraordinaria actualidad, fue elaborado antes incluso que el artículo del escritor de Alatriste, lo que nos revela cuán cansina puede llegar a ser la historia humana. Dejo para el final la solución sobre la autoría del mismo:

“…los que dictan las normas del intercambio de bienes humanos han fracasado por su propia obstinación y su propia incompetencia, y han reconocido su fracaso, y han dimitido. Las prácticas de cambistas sin escrúpulos se juzgan en el tribunal de la opinión pública, rechazadas por los corazones y la razón de los hombres.

Es cierto que lo han intentado. Pero sus esfuerzos se han forjado en el molde de una tradición desfasada. Ante la imposibilidad de afrontar los créditos, no han hecho más que recurrir a nuevos préstamos. Despojados del señuelo de las ganancias con el cual inducían a la gente a seguir su falso liderazgo, han recurrido a exhortaciones suplicando con lágrimas en los ojos que les fuera devuelta la confianza. Sólo conocen las reglas de una generación de egoístas. No tienen amplitud de miras, y cuando no hay amplitud de miras, la gente se arruina.

Sí, los cambistas han huido de sus tronos del templo de nuestra civilización. Ahora debemos restituir a ese templo las antiguas verdades. La medida de esa restitución radica en el grado en que apliquemos valores sociales, más nobles que los meros beneficios monetarios.
La felicidad no está en la mera posesión del dinero, está en el disfrute de los logros, en la emoción de los esfuerzos creativos. El estímulo moral del trabajo no debe ser olvidado en la loca búsqueda de beneficios fugaces. Estos días aciagos, amigos míos, compensarán nuestras desventuras si nos enseñan que nuestro verdadero destino no es que nos cuiden, sino cuidar de nosotros mismos, cuidar de nuestro prójimo.


Reconocer la falsedad de la abundancia material como patrón del éxito va de la mano con el abandono de la falsa creencia de la que los cargos públicos y las altas posiciones políticas se deben valorar sólo mediante los patrones de sus posiciones privilegiadas y sus beneficios personales. Y se tiene que poner fin a las conductas bancarias y comerciales que con demasiada frecuencia han hecho del deber sagrado una fechoría cruel y egoísta. No es de extrañar que la confianza languidezca, pues sólo puede prosperar con la honradez, el honor, la sacralidad de las obligaciones, la protección digna y el trabajo desinteresado. Sin esto es imposible vivir…”.


Este paisaje después de la batalla podría ser el que pintara Zapatero –suponiendo que en su gabinete hubiera gente con talento suficiente para discurrir de este modo- en la próxima reunión del G-20, o el propio Obama durante su investidura en enero próximo. Pero no, hay que remontarse hasta el 4 de marzo de 1933 para escucharlo en la voz de Franklin D. Roosevelt durante la toma de posesión de su cargo como presidente de los Estados Unidos. En aquel memorable discurso, el demócrata expuso los puntos fundamentales del ‘New Deal’ en tiempos de profunda recesión para la economía norteamericana tras el crack del ’29.

Entonces también liquidamos (y refundimos) el capitalismo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Aquellos maravillosos años...80´s

Mi infancia son recuerdos de una mani de Astilleros...
Y mi juventud...
Y lo que te rondaré morena...

lunes, 10 de noviembre de 2008

La victoria de Obama en Apocalípticos e Integrados

No tenía la intención de hablar demasiado de las elecciones estadounidenses. Después de haber gafado a Hillary tras las primarias demócratas en New Hampshire preferí quitarme de enmedio impotente ante mi incapacidad para pronosticar un resultado más o menos plausible. Ahora sé lo que han debido sentir todos esos economistas que hace un año pensaban que eso de la crisis no iba tan en serio. Pero, ahora, echando la vista atrás me he dado cuenta de que he tenido que caer yo también aquejado de ese mal llamada "obamamanía". Sin proponérmelo, me he ocupado en este blog durante las dos últimas semanas de las elecciones norteamericanas y de Obama casi de un modo exclusivo. Prometo cambiar de registro en lo sucesivo -y hablar por ejemplo de por qué aguardamos a que un presidente, blanco o negro, al otro lado del Atlántico tenga que sacarnos del atolladero mientras Europa asume su papel de potencia de segundo orden- pero antes aprovecho para dejar constancia aquí de todas esas entradas registradas sobre el 4-N de los últimos días. Supongo que algún día volveré sobre estas notas para recordar cómo viví esta jornada histórica y qué expectativas forjé. Sólo espero poder reconocerme en ellas.

- ¿Se puede?
- El cambio no espera, al menos en internet
- La CIA pone al día a Obama
- soitu rinde honores a Obama
- “Yes, we can”
- Obama, presidente
- Chicago espera a Obama
- Las teles estadounidenses proyectan la victoria de Obama
- Primeras claves para una victoria de Obama
- Los grandes estados arrancan demócratas
- Incertidumbre de inicio
- Los primeros estados decisivos
- Un sistema electoral muy particular
- Todos a las urnas
- Obama y McCain sacan un hueco para votar

Los académicos son guays

La Academia de la Lengua ha aprobado dar entrada a "pen drive" y a las siglas "USB" como forma de "acercar el diccionario al mundo actual". Pero,¿suponen incorporaciones como las citadas una prueba de que la institución permanece atenta a los usos y abusos que se dan en la calle o representan, por el contrario, una claudicación ante la constante invasión de términos y expresiones foráneos?

Nunca he sido un purista en el uso del lenguaje. Que una lengua vive en un constante proceso de transformación es algo evidente. Sin ese carácter diacrónico el latín no hubiera evolucionado hacia “dialectos” como el español, el catalán, el francés, el italiano o el rumano; ni el castellano de Nebrija habría adquirido los matices de los que goza el español que hoy por ejemplo se puede escuchar en las calles de Málaga o en un café de Buenos Aires.

Para evitar esas rupturas y que no se produjeran las dispersiones lingüísticas que siguieron a la “tenebrosa corrupción” del latín –que dijera el gran gramático (entre otras muchas cosas) chileno Andrés Bello-, nacieron las academias de la lengua. Había que limpiar, fijar y dar esplendor al idioma, y por encima de todo, conseguir que todos los pueblos que habían llegado –por la fuerza en muchos casos- a adoptar la lengua de Cervantes como vehículo de relación y conocimiento, pudieran seguir haciéndolo ad infinitum, con sus particularidades y localismos propios, con sabores y acentos diversos, pero sin perder de vista un momento que, aunque rica y plural, hablaban o escribían el mismo idioma. De esta labor se han encargado durante siglos los académicos de los distintos países –todos ellos deudores de una manera un tanto poscololialista, de los señores “de la española”-, sufridos defensores de la unidad de nuestra lengua que han vivido siempre con un ‘ay’ en el pecho ante la constante irrupción de anglicismos, galicismos, y otros cismos y cismas que amenazaban al español como otrora los bárbaros hicieran con un latín que, incluso en tiempos de la República romana, no era ni mucho menos uniforme.

Durante estos últimos 500 años el español se ha transformado, ha adoptado nuevas formas y usos, ha dejado en el camino otras, se ha enriquecido con aportaciones de otras lenguas y se ha empobrecido también al renunciar a utilizar su propia ‘voz’ ante la imposibilidad de acallar la ajena. Y nada de esto ha sido traumático. Es la cultura misma ramificándose en torno a un tronco común que une a más de cuatrocientos millones de personas más que cualquier ideología, bandera o candidato a la presidencia pudiera hacerlo. Además, como subrayó George Steiner en uno de sus lúcidos ensayos: “El verdadero problema no radica en el número de palabras disponibles, sino en el nivel en que utiliza el lenguaje el uso corriente actual”.

Razón, esta última por la que, pese a esta manga ancha a la que he aludido más arriba, uno no pueda dejar de sorprenderse por ciertas decisiones que adoptan nuestros académicos cada vez que deciden darle un nuevo meneo –ellos lo llaman revisión- al diccionario. Para solaz de todos, estas novedades son convenientemente aireadas por los medios de comunicación quienes, víctimas con frecuencia de las invectivas de nuestros doctores de la lengua, aprovechan estas ocasiones para contarnos, con no poca sorna, cuáles son esas últimas voces que han conseguido obtener el visto bueno de sus señorías y poder lucir así su sello de “yo soy español, español, español” -aunque me escriba “bluyín”.

En este caso, entre las últimas adquisiciones del Diccionario Académico se encuentran joyas como pen drive (definida como “dispositivo portátil pequeño de almacenamiento de datos”) y las siglas USB (a la sazón, Universal Serial Bus, “toma de conexión universal de uso frecuente en las computadoras”.) Insisto: que determinadas palabras o expresiones procedentes de otros idiomas, del inglés en este caso, terminen -especialmente las relacionadas con las ciencias y las nuevas tecnologías- incorporándose al español, me parece un fenómeno perfectamente lógico. Ahora bien, que se les plante tan escasa resistencia abriéndoles de inmediato las puertas del diccionario, ya no me satisface tanto. Principalmente, porque existen otras voces propias que podríamos intentar promover antes de entregarnos atados de pies y manos. ¿O por qué motivo juzgamos inadecuado utilizar “lápiz digital” o “memoria extraíble”, expresiones de uso frecuente, en lugar de pen drive y su imprecisa fonética para un hispanoparlante? Y, del mismo modo, ¿por qué no “conexión universal”, o “toma de conexión” o “puerto digital” o qué se yo en vez de unas siglas cuyo significado, por si fuera poco, todos desconocemos?

La Academia justifica estos fichajes en la voluntad de “innovar” de sus miembros, una capacidad para la que parecen especialmente dotados algunos prebostes de nuestro idioma, caso de José Manuel Sánchez Ron, historiador de la Ciencia encargado de proponer “pen drive”, iniciativa que, por supuesto, le agradeceremos eternamente por lo que tiene de transgresora y super 'cool' y molona que te cagas.

Dice José Manuel Blecua, secretario de la Academia, filólogo, hijo y hermano de filólogos, que “el camino que precede a cada palabra que se añade al Diccionario es muy complejo”. Así lo creíamos hasta que a estos venerables señores les entró este súbito afán (en mi pueblo se dice "azogue") por no parecer unos carcas. Como esos jubilados alemanes con gorra y zapatillas de deporte a juego que montan en bici, rebosantes de ardor juvenil, por los paseos marítimos del sureste español.

Desde luego que no hay nada más simple –que creo que aún significa lo contrario de complejo- que bajar los brazos y dejar que la gente se exprese como mejor le convenga sin tener que atenerse a norma ni código alguno. De acuerdo, pero luego que no me vengan con monsergas sobre lo mal que hablamos los españoles, sobre las perversiones del lenguaje periodístico y sobre lo mucho que ustedes se preocupan por nuestro patrimonio lingüístico.

Una cosa es que yo le diga a mi mujer que es “superfashion of death”, y que ella me entienda, y otra es que ambos pensemos que eso es español. “La salubridad del lenguaje –dijo también Steiner- es esencial para la conservación de una sociedad viva.” Y si la respuesta a la invasión de términos ingleses pasa por limitarnos a “legalizarlos”, ya podemos también ir ahorrándonos los millones de euros que gastamos en llenar el mundo de institutos Cervantes en los que, al fin y al cabo, no se les enseñará a los estudiantes el español claro y preciso, sino la lengua de David Beckham (suponiendo que Beckham sepa lo que es un “pen drive”).

domingo, 9 de noviembre de 2008

9 de noviembre de 1938: La noche de la infamia

[Sinagoga en Komotau (actual Chomutov, Rep. Checa) después de los trágicos sucesos acontecidos durante la Noche de los Cristales rotos]

Efemérides siniestras que no podemos dejar de recordar. Hace setenta años -en la noche del 9 al 10 de noviembre- las SS arrestaban a miles de judíos en Alemania y también destrozaban sus comercios (se estima que más de 7.000 tiendas y 29 almacenes fueron asaltados). Cerca de 100 judíos fueron asesinados y más de 30.000 detenidos e internados en campos de concentración en esa noche, la noche de los "cristales rotos" (Reichskristallnacht), noche de infamia que marcaba un punto de no retorno dentro de la banzalización del mal llevada a cabo por el nacionalsocialismo en su delirio pangermánico.

Insisto. No hay que olvidar. Porque se empieza confundiendo la noche de los "cristales rotos" (purga antisemita) con la de los "cuchillos largos" (purga política ordenada por Hitler contra sus opositores), como han hecho este domingo en la 2º edición del Telediario de La 1 por voz del presentador (¿nadie ha sido capaz de percatarse y rectificar?) y se termina dudando de quién hizo qué en un determinado momento, quiénes fueron las víctimas y los verdugos, y hasta poniendo en cuestión las motivaciones de unos y otros.


sábado, 8 de noviembre de 2008

¿Se puede?

En la parte superior de la que ha sido la web oficial de la candidatura demócrata en las pasadas elecciones -por supuesto, ya existe otra nueva mientras dura la transición-, podían leerse unas palabras entrecomilladas del presidente electo, Barack Hussein Obama que dicen: “Os estoy pidiendo que creáis. No ya en mi capacidad para impulsar un cambio real en Washington… Os estoy pidiendo que creáis en vosotros”.

La bella y conmovedora frase, perfecta en su composición, como casi todas las que profiere el todavía senador por Illinois, es profundamente inexacta. Porque, en realidad, el pueblo americano, y con él la mayor parte del resto del planeta, no ha creído en sí mismo. Ha creído en Obama. Impotente, frustrado, rabioso, perdido, el ciudadano que asiste una vez más al desmoronamiento de todo un sistema, se ha rendido a la utopía. El mundo ha dejado de creer en sí mismo, porque no es capaz de encontrar alternativas y ha decidido que sea Obama quien piense por todos nosotros.

Y quizá, en el momento actual, no sea la peor idea.

Nadie puede conocer a estas alturas qué supondrá el triunfo del demócrata. Sabemos que tiene todo a su favor para no ser recordado como el peor presidente de los EE.UU. George W. Bush ha puesto el listón en unos niveles inaccesibles. Podemos estar seguros también de que el cambio ha empezado incluso antes de que el próximo 20 de enero sea investido como presidente y nos embargue (no me cabe ninguna duda) con un discurso extraordinario. Porque, ¿nos parece aún poco cambio que, justo cuarenta años después de que Martin Luther King fuese asesinado por el color de su piel, cuatro décadas después de que los Estados Unidos ardieran a causa de los conflictos raciales y la lucha por los derechos civiles, un negro haya alcanzado la presidencia?
Y ese negro es Obama. Y, sólo por esto, ya tiene garantizado que la Historia lo elevará a la categoría de símbolo.

Pero, precisamente, porque todo lo que le rodea suena a epopeya, en razón de las gigantescas expectativas que se han depositado sobre su persona, cabe ser cautos, a menos que no queramos sufrir una tremenda decepción. Y es casi seguro que pese a que ya ha advertido de que el camino será largo y la cuesta empinada, muchos la sentirán.

Dentro de unos meses, la imagen que muchos han trazado del nuevo presidente se habrá evaporado. El dulce momento de pensar que un negro también puede, la retórica del cambio y la esperanza serán papel mojado. Y, todos, todos, empezando por sus simpatizantes, querrán ver los resultados.

Con esto no pretendo decir que Obama vaya a ser un mal presidente. Al contrario, he llegado a creer que posee cualidades más que suficientes para hacer que Estados Unidos recupere su liderazgo no sólo económico, sino también moral, en el mundo, contribuyendo decisivamente a dar respuestas a los grandes desafíos de su país y del planeta, empezando por los energéticos y medioambientales. Y lo pienso, porque dentro del lema “por el cambio”, Obama habla también de la necesidad de recuperar otra bandera, la de la unidad. Entre republicanos y demócratas, pero también entre ricos y pobres, jóvenes y ancianos, hombres y mujeres, negros y blancos, homosexuales y heterosexuales… Porque, como ya declarara -aludiendo además a la separación entre esclavistas y abolicionistas- Abraham Lincoln, “Una casa dividida contra sí misma no puede ponerse en pie”.

Hoy Obama es un nuevo Lincoln. Porque han creído. En él.

Bill Clinton intentó “renovar” América y fracasó. Esperemos que quien impidió que otro Clinton se instalase en la Avenida de Pensilvania, esta vez sí pueda.

viernes, 7 de noviembre de 2008

El "cambio" no espera, al menos en internet


Tan claro lo tenía el equipo de Obama respecto a las posibilidades del candidato demócrata de salir elegido presidente que tenían preparado todo un gobierno de transición preparado de aquí a que el 20 de enero próximo el senador de illinois sea investido como presidente de los EE.UU.

El candidato del cambio no ha querido esperar más para enviar sus primeros gestos tras la victoria y ha escenificado en internet -canal que ha sabido utilizar como nunca ningún político antes como vía de contacto con simpatizantes y posibles votantes- su voluntad de renovación.

No habían transcurrido no 24 horas de su aparición en el Grant Park de Chicago cuando change.gov (la web del presidente 'electo') tomaba el relevo a barackobama.com, después de tan buenos servicios prestados. Es el cambio que va de ser candidato a presidente en capilla.

jueves, 6 de noviembre de 2008

La CIA pone al día a Obama

Más de dos meses antes de que Barack Obama se convierta oficialmente en el 44º presidente de los Estados Unidos, éste ha decidido iniciar el camino de transición que le llevará a la Casa Blanca reuniéndose con Michael Hayden, director de la CIA. A partir de este momento, el demócrata tendrá acceso a información restringida, viendo cómo las puertas que custodian algunos de los secretos más acongojantes de los Estados Unidos se abren ante él. ¿Estará preparado para conocer toda la verdad?

Dice Walter Oppenheimer, el de El País -no confundir, a menos que seas de Público y pretendas establecer algún tipo de analogía siniestra- con Robert Oppenheimer, el de la bomba atómica, pues eso, dice este experto en política internacional que Obama “es un pragmático, no un idealista dispuesto a renunciar a los intereses de su país por el bien de la humanidad”.

La prueba manifiesta de que esto es cierto es que el demócrata ha decidido iniciar su periodo de transición hasta que el 20 de enero próximo sea investido oficialmente como el 44º presidente de los Estados Unidos manteniendo una sesión informativa con el director de la CIA.

Lo que ha trascendido de esta cita es que en la misma Obama recibiría la “misma” documentación que George W. Bush, al que se le van a hacer interminables estos dos meses haciendo de paquete (aunque con lo que está cayendo igual le supone un alivio el no estar permanentemente en primera fila). Es decir, que al presidente electo se le da un trato ya de jefe de Estado y, por lo tanto, puede tener acceso a datos que en su condición de senador tenía restringidos.

Y aquí entra a colación lo que no se cuenta. A saber, que ésta es la clásica reunión en la que los jefazos de la CIA se encargan de poner al día al que será nuevo presidente, antes de que entere por otro lado o, sin querer, termine echándolo todo a rodar, de asuntos de especial relevancia para la nación clasificados como ‘Supertopsecret of Death’.

Así, en este encuentro se le informa al presidenciable de asuntos como que ellos (la CIA) asesinaron a Kennedy; que las fotos de la luna son un montaje; que se encargaron de apoyar golpes de Estado por toda América Latina y de consolidar dictaduras militares en estos y otros lugares del mundo; que fueron los responsables de los atentados de las Torres Gemelas, creando así la necesidad de promover una ficticia guerra contra el terror a escala planetaria; y, finalmente, aunque esto lo sabe casi todo el mundo, que los extraterrestres existen y George W. Bush es uno de ellos, de la casta inferior, claro.

Bueno, que no, que es broma. Que como todo el mundo sabe, todo lo anterior no son más que un puñado de intoxicaciones. Conspiranoicos…

miércoles, 5 de noviembre de 2008

ELECCIONES USA 2008: soitu.es también rinde honores a Obama


La nueva interfaz del portal de actualidad soitu.es ha sustituido este 5 de noviembre su tradicional fondo blanco por otro negro en homenaje al senador de Illinois, ganador en las elecciones presidenciales norteamericanas.

Barack Obama será el 44º presidente de los Estados Unidos y el primero de raza negra, y con tal motivo los de Gumersindo Lafuente han elaborado para esta jornada una cobertura informativa sencillamente espectacular. Me quito el sombrero, amigos.

ELECCIONES USA 2008: "Yes, we can"

[Fuente: USA Today]

6: 25 h. En un discurso de unos 20 minutos de duración con reiteradas referencias a Lincoln y de reminiscencias kennedyanas, Obama ha agradecido ante una muchedumbre emocionada congregada en la ciudad de Chicago el apoyo a quienes han confiado en la esperanza que su proyecto representa; ha mostrado sus respetos a la candidatura republicana, devolviéndole el cumplido a su adversario político, John McCain; y, aunque sin ocultar que el camino no será fácil, ha insistido sobre todo en un mensaje, que, como en otras tantas ocasiones a lo largo de la historia de los Estados Unidos: "Yes, we can".

Leer discurso íntegro de Obama.

ELECCIONES USA 2008: OBAMA, PRESIDENTE

5:21 h. Cierran los colegios electorales de la costa Oeste y Hawai. Voto íntegramente demócrata. Se confirma la victoria de los azules en Virginia. La CNN lo ha hecho oficial: Barack Obama será el nuevo presidente de los Estados Unidos, el número 44, el primero de raza negra.

47 años, carrera fulgurante, hace once meses impensable. Impensable que tumbase a los Clinton en las primarias, que batiera récords de recaudación, que haya reunido a millones de personas -incluidos sus propios adversarios- en mítines "históricos", como el que ofreció en Berlín, que tanto nos recordó a aquel célebre que pronunciara Kennedy en 1961.

Obama ha barrido y mientras McCain hace -con una elegancia exquisita- oficial su derrota y esperamos que el sucesor de George W. Bush anuncie la victoria del "cambio", el cronometro del desengaño se ha puesto a andar. ¿Será capaz Obama de no defraudar a los millones de personas que han confiado en él? El listón que ha puesto el ex-gobernador de Texas no puede estar más bajo, pero no basta simplemente con elevarlo.

Estados Unidos se enfrenta a una de las más importantes crisis económicas de su historia; a la pérdida de influencia a nivel mundial después de un siglo de incontestable hegemonía; y al descrédito generalizado más allá de sus fronteras a causa de las obtusas políticas que han marcado los mandatos de presidentes republicanos y demócratas desde Reagan.

Obama, pese a su aparente inexperiencia, ha demostrado en este año una templanza admirable, ejemplar, que ha terminado por granjearse la admiración de quienes hasta antes del verano aún veíamos en Hillary Clinton una candidata netamente superior.

Lo mejor es no hacerse demasiadas ilusiones, por si acaso. Aunque en un mundo tan necesitado de líderes inteligentes y sensibilizados con los auténticos problemas que atraviesan los ciudadanos tanto del Primer mundo como de los países subdesarrollados, es inevitable albergar tan siquiera una pequeña esperanza en el papel que pueda jugar el nuevo inquilino de la Casa Blanca.

Artículo recomendado: Editorial El País ("Invitación a soñar")

ELECCIONES USA 2008: TODOS LOS RESULTADOS

ELECCIONES USA 2008: Chicago espera a Obama

[Fuente: Chicago tribune]

4:07 h. Chicago se prepara para la gran fiesta demócrata mientras los republicanos, cuarenta años después, están a punto de quedarse sin los votos electorales del estado de Virginia.

Miles de partidarios del senador de Illinois se congregan en el Grant Park de la metrópoli estadounidense. Los republicanos, reunidos en Phoenix representan la otra cara de la moneda.

Datos para la desilusión no les faltan.

En Indiana, las diferencias son mínimas en favor de McCain. Y Iowa está también en el aire. Así, mientras Obama está barriendo en los estados tradicionalmente demócratas, el candidato republicano tiene máximas dificultades para atar algunos de sus teóricos territorios. La tendencia parece prácticamente irreversible y sólo por respeto a la ciencia estadística (y también a causa de algunas experiencias anteriores) cabe esperar un vuelco de última hora.

ELECCIONES USA 2008: Las teles estadounidenses 'proyectan' la victoria de Obama

3:08 h. Proyecciones de las televisiones estadounidenses (en votos electorales)

CNN: Obama 174 / McCain 49
CBS: Obama 174 / McCain 100
NBC: Obama 174 / McCain 70


Curiosamente, el voto popular es en estos momentos favorable a McCain, que roza los 9 millones de votos, mientras que Obama se sitúa alrededor de los 8 millones.

ELECCIONES USA 2008: Primeras claves para una victoria de Obama

3:05 h. - La alta participación debe favorecer a Obama. El discurso del cambio ha conseguido arrastrar a muchos jóvenes abstencionistas y nuevos votantes, así como a población de color desmovilizada en citas anteriores. La campaña demócrata, basada en los aires de renovación del senador de Illinois y en una ingente tarea de movilización en la que Internet ha tenido por primera vez en una campaña electoral estadounidense un papel muy relevante han empujado para que el candidato republicano pueda beneficiarse del incremento producido en los índices de participación.

-El factor racial puede ser menos decisivo de lo que en un principio se había pensado. Después de que una administración republicana hubiera colocado en puestos de máxima responsabilidad a dos personas de raza negra (Colin Powell y Condoleeza Rice), cabía pensar que los Estados Unidos estaban preparados para que un “afroamericano” pudiera aspirar tranquilamente a ocupar la Casa Blanca. Los hechos lo están ratificando. Y puede que la edad del candidato republicano pueda jugar más en su contra, que el color de su piel en contra del aspirante demócrata.

-El heredero de Bush: McCain ha huido siempre de que lo identifiquen con el actual presidente George W. Bush. Y aparte de los motivos puramente estratégicos que le habrían instado a actuar así, puede decirse que realmente a estos dos representantes de la derecha estadounidense les separan muchas cosas. McCain se ha labrado una fama de independiente que le ha permitido oponerse a algunas políticas de Bush. Además, una diferencia no precisamente menor entre ambos políticos se inscribe en el terreno de las creencias religiosas, aspecto que en Estados Unidos posee unas importantes repercusiones públicas. Así, mientras Bush se inserta en el fundamentalismo cristiano. McCain se ha mantenido alejado del discurso redentorista del tejano.
A pesar de todo, la pésima labor desempeñada durante los últimos ocho años por el presidente, tanto en política exterior, como a nivel doméstico (especialmente en materia económica) son una verdadera losa para un heredero francamente incómodo con el magro legado de su rey.

-La elección de vicepresidente: Palin, joven, guapa, elegante, vivaracha, divertida; Biden, mayor, serio, tecnócrata, aburrido. Y sin embargo, Obama parece haber ganado también a su rival en este capítulo. El efecto Palin fue tan efervescente como efímero. El efecto positivo, claro, porque sus daños colaterales se siguen sintiendo en la candidatura republicana. Su desconocimiento de la política exterior, la frivolidad de la que ha hecho gala a lo largo de la campaña, y las continuas polémicas de las que se ha visto rodeada han generado más desconfianza que otra cosa. Los intentos de agradar al ala más extremista del partido, la misma que nunca lo ha tragado, podrían haberse dado de bruces contra la realidad de un electorado que es americano, pero no completamente estúpido.

ELECCIONES USA 2008: Los grandes estados arrancan demócratas

2:25 h. Mientras que el centro y oeste de los Estados Unidos continúan votando, en la costa este el escrutinio va cogiendo velocidad. El decisivo estado de Florida se decanta hacia los demócratas. Cuando ya se han revisado un 30% de las papeletas en este tradicional feudo de los republicanos, Obama se ha cobrado una ventaja de seis puntos (al 20% la distancia era de doce).

Las proyecciones de televisiones como la CBS conceden a esta hora, en razón de los estados en los que se ha iniciado el recuento, 112 votos electorales al candidato demócrata frente a los 45 que le adjudican al senador McCain. La CNN, por su parte establede un 81-34 para Obama, gracias a los buenos datos que habrían obtenido en North Carolina, Ohio, Pennsylvania o Massachusetts.

Los republicanos siguen manteniendo todavía sus esperanzas intactas. Aunque se temen lo peor. Para más inri, Obama va ganando en Texas. Eso sí, con el 1% escrutado. Sería demasiado, ¿no?

ELECCIONES USA 2008: Incertidumbre de inicio

1:33 h. Con algo menos de un 1% de los votos escrutados, correspondientes a los primeros datos obtenidos en cinco pequeños estados, McCain lograría algo más de 300.000 votos (y alcanzaría la victoria en 4 de ellos) y Obama unos 270.000 (ganando unicamente en 1, New Hampshire).

Algunos analistas se apresuran a afirmar que la previsible victoria de Obama no será tan amplia como se esperaba e incluso sacan a colación la escasa fiabilidad de las encuestas en comicios anteriores, como las presidenciales americanas de 2004 en las que el favorito Kerry terminó perdiendo frente a su rival, George W. Bush.

Indiana sin decidir, Virginia y Kentucky se inclinan hacia McCain; Carolina del Norte muy disputado; Florida no digamos… La euforia inicial se atempera. Existe miedo a meter la pata. Hace sólo una hora se daba por sentado que la noche sería corta y que los obamistas podrían celebrar su victoria en un horario incluso decente para el observador europeo.

Nada es descartable. Ni una victoria in extremis de los republicanos ni un vapuleo demócrata afianzado en los grandes estados: California, Florida, Pensilvania…
 
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