sábado, 16 de febrero de 2008

Sexo, robots y publicidad

Lo expresado en el post anterior, sobre las ‘honeydolls’ encuentra su correlato en múltiples ámbitos de la vida actual. Está conectado con la invasión de la pornografía que, en consonancia con el permanente asalto a la intimidad del que somos co-partícipes, nos está llevando a una osteoporosis de muchos de nuestros vínculos sociales. ¿Visiones de apocalíptico? Puede. Pero desde luego, hace ya tiempo que algunos intuyeron por dónde podían ir los tiros en el futuro. Es el caso de los publicistas, quienes en plena sintonía con el devenir de los tiempos, y al más puro estilo huxleyano (ahí tenemos el paradigma de la neumática Lenina Crowne) han ido diseñando una realidad alternativa, un territorio de ilusión cuyo único peligro es que finalmente acaba entreverándose para algunos con la pura realidad. Con frecuencia, los “tipos” de mujer que estos visionarios dibujan no se diferencian demasiado de las traviesas muñequitas japonesas. Que se lo digan si no a Tom Ford, diseñador que se ha servido del sexo más explícito, lúbrico y sudoroso para vender su primera fragancia masculina, ‘Tom Ford for Men’. Al consumidor de este perfume parecen estarle reservados todo tipo de goces. Nada implícitos, por cierto. Sólo tienes que dejarte llevar, y cogerlos tú mismo.


(Seguro que a esta modelo le han puesto una pistola en la cabeza para ser la imagen (sic) de un perfume en el que la mujer es utilizada como objeto sexual y que perpetúa una visión machista del sexo femenino. O puede que tenga otra idea de lo que es la paridad)

1 comentario:

Anónimo dijo...

La publicidad es cada vez mas atrevida y muestra más fotos eróticas, pero eso es bueno para las ventas de los anunciantes?
Os dejo un ensayo que tiene buenas reflexiones:
http://marketisimo.blogspot.com/2008/07/es-efectivo-el-erotismo-en-la_17.html

 
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