Dice Walter Oppenheimer, el de El País -no confundir, a menos que seas de Público y pretendas establecer algún tipo de analogía siniestra- con Robert Oppenheimer, el de la bomba atómica, pues eso, dice este experto en política internacional que Obama “es un pragmático, no un idealista dispuesto a renunciar a los intereses de su país por el bien de la humanidad”.
La prueba manifiesta de que esto es cierto es que el demócrata ha decidido iniciar su periodo de transición hasta que el 20 de enero próximo sea investido oficialmente como el 44º presidente de los Estados Unidos manteniendo una sesión informativa con el director de la CIA.
Lo que ha trascendido de esta cita es que en la misma Obama recibiría la “misma” documentación que George W. Bush, al que se le van a hacer interminables estos dos meses haciendo de paquete (aunque con lo que está cayendo igual le supone un alivio el no estar permanentemente en primera fila). Es decir, que al presidente electo se le da un trato ya de jefe de Estado y, por lo tanto, puede tener acceso a datos que en su condición de senador tenía restringidos.
Y aquí entra a colación lo que no se cuenta. A saber, que ésta es la clásica reunión en la que los jefazos de la CIA se encargan de poner al día al que será nuevo presidente, antes de que entere por otro lado o, sin querer, termine echándolo todo a rodar, de asuntos de especial relevancia para la nación clasificados como ‘Supertopsecret of Death’.
Así, en este encuentro se le informa al presidenciable de asuntos como que ellos (la CIA) asesinaron a Kennedy; que las fotos de la luna son un montaje; que se encargaron de apoyar golpes de Estado por toda América Latina y de consolidar dictaduras militares en estos y otros lugares del mundo; que fueron los responsables de los atentados de las Torres Gemelas, creando así la necesidad de promover una ficticia guerra contra el terror a escala planetaria; y, finalmente, aunque esto lo sabe casi todo el mundo, que los extraterrestres existen y George W. Bush es uno de ellos, de la casta inferior, claro.
Bueno, que no, que es broma. Que como todo el mundo sabe, todo lo anterior no son más que un puñado de intoxicaciones. Conspiranoicos…
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