Cuatro mujeres, cuatro, capaces de levantar pasiones inconfesables. Son cuatro de las protagonistas de esta semana y amenazan con seguir causando furor allí por donde vayan. Se trata de dos argentinas y dos francesas y a cada una de ellas les sobran razones para que se hable de ellas, aunque no siempre sea para bien. Nos referimos a Cristina Fernández, Juliette Binoche, Cecilia Sarkozy y María Teresa López González
La primera de las citadas acaba de convertirse en la primera mujer elegida presidenta de Argentina. Le ha sacado más de 20 puntos a su inmediata perseguidora, otra mujer, y aúna buena parte de las cualidades que están llevando a las de su sexo a encumbrarse incluso hasta las hace nada inaccesibles cumbres del poder: belleza, inteligencia, carisma, ambición… Muchos la acusan de representar más de lo mismo (no hay que olvidar que también ha protagonizado el primer relevo "hereditario" de una democracia occidental al sustituir a su marido al frente del poder), pero no son menos los que opinan que Kristina (con 'k' de Kirchner) tiene la suficiente personalidad como para marcar su propio sello.
De la musa de Kieslowski, Juliette Binoche, qué decir. Aparte de que es con pleno merecimiento una de las grandes del cine francés de todos los tiempos –su oscarizado papel en El paciente inglés ya le valdría por sí solo este honor-, se ha quitado cualquier complejo para a sus 43 espléndidos años salir desnuda en la edición francesa de Playboy. Nada que ver con esa pléyade de veinteañeras –si llegan- teñidas y recauchutadas. Belleza serena, cautivadora, aureolada por la impronta del talento. La entrevista que acompaña al reportaje está firmada por Antoine de Baecque, antiguo redactor jefe de la revista especializada ‘Cahiers du Cinéma’. De momento, el aperitivo de la portada, en la que vemos a una Binoche muy sugerente, no ha defraudado.
Otra que levanta pasiones, y nada menos que en El Elíseo, es su compatriota, Cecilia Sarkozy. La bisnieta del compositor Isaac Albeniz ha protagonizado la primera gran crisis del nuevo y flamante Gobierno republicano que dirige su ya exmarido. Su divorcio no sólo ha acaparado buena parte de las informaciones de la prensa francesa en las últimas semanas sino que ha transcedido fronteras como demuestra el iracundo desplante que el presidente galo le hizo a una periodista de la CBS cuando le sacó el tema en una entrevista. Y eso que todavía el anuncio de ruptura no era oficial.
La historia de “Fuensanta” no es menos apasionante. Aunque su verdadero nombre fuera María Teresa López González. Julio Romero de Torres la convirtió en icono de la belleza española –a pesar de que era argentina- al posar para él cuando tenía 16 años y su popularidad se extendió a partir de 1953, cuando fue seleccionada por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para ilustrar los billetes de cien pesetas más célebres de nuestro país. Ahora, el cuadro de Romero de Torres -que estuvo perdido 30 años y que está valorado entre 600.000 y 800.000 euros-, pasa sus últimas horas en el Ritz madrileño -junto a cuadros de Sorrolla, Zuloaga y Rusiñol- hasta emprender su viaje a Londres, donde será subastado.
Todo un póker de damas, en definitiva, que representa a la mujer como objeto en la misma medida que como sujeto del deseo.
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