sábado, 26 de abril de 2008

Pan y libros


Esta semana, coincidiendo con la celebración del Día del Libro, se abrían en Fuente Vaqueros, pueblo natal Federico García Lorca, las puertas de una biblioteca con la que se ha querido rendir homenaje al gran escritor granadino. Como destacó en la inauguración la presidenta de la Fundación García Lorca -y sobrina del creador de 'Romancero Gitano'- Laura García-Lorca de los Ríos, “se ha querido plasmar el espíritu que inspiró la creación de la primera biblioteca por el poeta, en septiembre de 1931”. La alusión era obligada. No en vano, fue durante aquel acto, cuando Federico pronunció su célebre “Alocución al pueblo de Fuente Vaqueros”, un encendido canto al libro -“sin disputa, la mayor obra de la humanidad”-, y a su papel de instrumento para la liberación de los pueblos.

El inicio del discurso resulta paradigmático del espíritu -republicano en su acepción más ideológica- que caracterizó a algunos de los grandes personajes de su generación:

“No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano, porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.”

Lorca fue un decidido impulsor de la cultura y, en particular, de la literatura, como vehículo de progreso. Iniciativas como “La Barraca” o las “Misiones Pedagógicas” dejan constancia de esta visión del mundo de la que hombres como él, o mujeres como la misma María Zambrano, hicieron gala, pero algunos párrafos de este discurso merecerían estar enmarcados en el despacho de cualquier político, y en especial de aquellos que –ahora que vienen las vacas flacas- pueden caer en la falacia de pensar que, cuando las cuentas no cuadran, hay que empezar recortando gasto por la cultura al demagógico canto de “antes arreglar aceras que....”

Algunas de las sociedades más avanzadas de nuestro tiempo hace mucho que se convencieron de la necesidad de alimentar a la vez cuerpo y espíritu. Islandia, por ejemplo, el país en el que proporcionalmente más libros se escriben del mundo, suele encabezar los índices de las naciones con mayor calidad de vida, es decir de desarrollo económico y social. Estos países no han esperado a ser ricos para empezar a ir al teatro, acudir a la librería o tocar el piano. Han crecido en paralelo, fomentando la educación, la innovación y la cultura, comprendiendo que la correlación se escribe así: ser cultos para ser ricos (en sentido pleno). Y no al revés.

Al niño que se muere de hambre hay que llevarle pan y libros, y después pan y más libros, libros, libros. Libros que les ayuden a hacer pan, el mejor, el más competitivo, y también a través de los que puedan tener acceso a su realidad, para comprenderla, interpretarla, enriquecerla.
Lo contrario, nunca mejor dicho, es pan para hoy y hambre para mañana. Apostar por las aceras del presente, en vez de por las autopistas del porvenir.

[Artículo recomendado por soitu]

No hay comentarios:

 
Copyright 2009 Apocalípticos e integrados. Powered by Blogger Blogger Templates create by Deluxe Templates. WP by Masterplan