Desde luego, las cifras no dejan lugar a dudas, y ni la propia Casa Blanca desmiente que el conflicto esté resuelto. 4.000 soldados americanos han muerto ya desde el inicio del conflicto, y otros 150.000 siguen desplegados en el país, como dejó claro el general Petreus, responsable militar de la ocupación, sin una perspectiva de regreso a medio plazo.
Pese a que después del verano de 2007 algunos empezaron a lanzar las campanas al vuelo merced a la reducción del número de atentados y víctimas, la situación ha vuelto a empeorar. De hecho, el mes pasado fue el más sangriento en Irak desde agosto de 2007, con 968 civiles iraquíes muertos –el número total rebasa ya el medio millón-, a los que se suman 49 soldados estadounidenses.
Por supuesto, pese a que desde hace cinco años la misión está “cumplida”, aún no se han encontrado armas de destrucción masiva en Irak, ni demostrado vinculación alguna entre el régimen de Sadam y Al Qaeda. Ah, bueno, es verdad, que esto ya se sabía desde el principio.
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